14 Ene Los empresarios temen que el Corredor Mediterráneo parta desde Cataluña
A. CAPARRÓS / VALENCIA
MIKEL PONCECamps, ayer con miembros del Consell y de la sociedad civil en la presentación de la estrategia territorial
En las últimas semanas ha aumentado la preocupación entre el empresariado de la Comunidad Valenciana ante la posibilidad de que el proyecto del Corredor Mediterráneo pueda cambiar su concepción original, de tal forma que la conexión ferroviaria con Europa comenzara desde Cataluña en lugar de desde Algeciras. Un riesgo que podría forzar un cambio de estrategia en breves fechas. De hecho, los movimientos ya han comenzado y podrían cristalizar en unos días con un pronunciamiento.
La exclusión de la Comunidad Valenciana del proyecto supondría un varapalo de consecuencias imprevisibles, especialmente para la actividad del puerto de Valencia —líder en el Mediterráneo occidental y sexto enclave europeo— y para el futuro de la planta de Ford en Almussafes.
En números absolutos, los beneficios derivados de la transferencia de tráfico de la carretera al ferrocarril; el ahorro de energía y de tiempo; y la reducción de accidentes y emisiones contaminantes que reportaría la puesta en marcha del Corredor Mediterráneo se cuantifican en 14.620 millones de euros entre 2016 y 2045.
Retraso en las obras
El temor del empresariado se fundamenta en el retraso en la ejecución de infraestructuras en la Comunidad Valenciana, en contraste con Cataluña, que desde el pasado mes de diciembre dispone de conexión con Francia mediante ancho internacional. Al evitar los transbordos fronterizos, se acortan seis horas los desplazamientos entre el puerto de Barcelona y Lyon. El nuevo trazado, que utiliza parcialmente el del AVE, permitirá la circulación de convoyes de 750 metros (frente a los de 450 metros actuales) con una capacidad de carga de 300 toneladas.
Por contra, en la Comunidad Valenciana ni tan siquiera se ha realizado la conexión entre Castellón y Tarragona, básica para liberar la actual vía para el tráfico de mercancías. Todavía no hay proyecto y el ancho europeo está todavía a años luz de convertirse en realidad. Una circunstancia que ha puesto en el punto de mira de las críticas al Ministerio de Fomento.
La Unión Europea debe determinar en el mes de abril si incluye el Corredor Ferroviario entre Algeciras y Estocolmo en sus prioridades para otorgar la financiación que posibilite su ejecución. Un recorrido de 3.500 kilómetros cuyo coste se reduciría de forma sensible en el caso de acortar el trayecto en algo más de 1.000 kilómetros, de forma que comenzara en Tarragona.
El Gobierno catalán, en el acto celebrado este miércoles en Bruselas en defensa del Corredor, ya criticó con dureza la ausencia de una conexión con la Comunidad Valenciana y lamentó que Fomento haya otorgado prioridad al AVE entre Madrid y Valencia. Ayer, el portavoz parlamentario de Fomento de CiU, Pere Macías, denunció la «falsa apuesta» del Gobierno por el Corredor.
Hasta que el Ministerio no impulse la construcción de una tercera vía para mercancías entre Tarragona y Valencia, la conexión sólo beneficiará a Cataluña.
El peso catalán
Los empresarios que recelan del frente común de las autonomías involucradas en el proyecto que se escenificó en Bruselas el miércoles también observan con preocupación el peso de los dirigente catalanes en Ferrmed, el lobby que presiona ante la UE para que incluya entre sus ejes estratégicos la infraestructura. En este sentido, recuerdan que tanto el presidente como el secretario general de la asociación, Jacinto Seguí y Joan Amorós respectivamente, son catalanes. El valenciano Juan Cámara ocupa la vicepresidencia del lobby en España.