05 Dic El eclipse parcial de la energía fotovoltaica
JOSÉ SIERRA VALENCIA A finales de la primera década del siglo XXI había en la Comunitat Valenciana grupos de inversores dispuestos a arriesgar su dinero en la fabricación de células de silicio; empresarios y ciudadanos ávidos de formar parte de una aventura novedosa, pero de rentabilidad asegurada en unos pocos años; decenas de empresas proyectistas e instaladoras; bancos que financiaban «sense pegues» cualquier operación para poner en marcha un «huerto» solar, institutos tecnológicos y universidades con capacidad para hacer I+D+i y centenares de familias viviendo alrededor de la incipiente economía generada por la energía solar fotovoltaica, que se alimentó de este caldo ideal para alcanzar un desarrollo aparentemente imparable.
El año 2007 finalizó con 60.000 kw de potencia instalada y en servicio. En apenas cuatro años, la cifra se quintuplicó hasta alcanzar los 286.759 kW actuales con crecimientos que rompían cualquier esquema conocido y que «amenazaban» con situar a la Comunitat Valenciana al frente de la nueva energía verde. Hoy los paneles solares producen 488 GWh/año y abastecen al equivalente de 139.283 hogares.
Sin embargo, todo cambió bruscamente cuando en 2010 el Gobierno aprobó el real decreto ley 14/2010. De la noche a la mañana se produjo un recorte retroactivo de la retribución que el sector cifra en el 30 %. Muchas empresas e inversores no lo han soportado y el efecto sobre los nuevos proyectos ha sido demoledor, frenando la expansión de este tipo de energía en la que España se había situado muy cerca de la vanguardia.
Para algunos, el Gobierno se asustó al ver el importe de las primas que tendría que pagar en los próximos años.
La Generalitat Valenciana y el Gobierno de Murcia han recurrido por «inconstitucional» el citado decreto y los inversores esperan compensaciones.
Antes de que llegara este punto y aparte, la Comunitat Valenciana había consolidado algunos logros, aunque la potencia conectada, 275,5 MW, según la Asociación de la Industria Fotovoltaica, Asif, está lejos todavía de Castilla-La Mancha, líder con 856,9 MW. Sin embargo, y según el informe anual de Asif, la Comunitat Valenciana lidera la utilización de energía solar fotovoltaica sobre cubierta, claramente diferenciada de los «huertos solares» construidos en otras regiones sobre grandes superficies de terreno y en los que se concentra la mayor parte de la potencia instalada en España.
Según este informe, en 2010 había 53.349 kW de potencia instalada sobre cubierta, casi 10.000 más que en Murcia, la región situada en segundo lugar. Además, en 2011 se ha mantenido esta tendencia y el 20 % de la potencia instalada corresponde a la Comunitat Valenciana. En la actualidad, hay ya 3.110 instalaciones sobre cubiertas capaces de abastecer 70.000 hogares.
Algo más que tejados
La gran mayoría de los paneles se encuentra en las cubiertas de las naves industriales, según los datos de la Agencia Valenciana de la Energía. También existen en viviendas, aunque en un número mucho menor. Los últimos en incorporarse a esta tendencia han sido los ayuntamientos, dispuestos a rentabilizar sus instalaciones produciendo energía solar fotovoltaica desde los tejados municipales.
Según el director general de Energía, Antonio Cejalvo, «en la Comunitat se ha llevado a cabo un desarrollo de la energía solar fotovoltaica muy equilibrado entre las instalaciones realizadas en suelo y las construidas sobre cubiertas de edificios. Este modelo nos diferencia de la mayoría de las regiones españolas, donde han primado las instalaciones realizadas en suelo».
Explica Cejalvo que las instalaciones solares sobre cubierta «suponen ventajas añadidas como el hecho de que utilizan infraestructuras ya existentes, tienen menos impacto visual que las que están en suelo, etc. Creemos que este tipo de instalaciones en cubiertas son muy beneficiosas. Esto nos ha llevado a poner en marcha el programa de incentivos Ciutat Solar, para aprovechar también las cubiertas municipales».
El tejido industrial
Antonio Cejalvo, responsable de aplicar las políticas energéticas de la Generalitat desde que en 2002 fue nombrado director de la Agencia Valenciana de la Energía (Aven), destaca el papel del tejido industrial creado en torno a la energía solar en la Comunitat Valenciana. Existen cinco plantas de fabricación de módulos fotovoltaicos situadas en Almussafes, Rafelbunyol, Bigastro, Ibi y Cocentaina con empresas de gran tradición, como Atersa, y otras como Siliken que han irrumpido con fuerza en el mercado más recientemente, incorporando además tecnología propia. Entre las cinco suman el 30 % de la capacidad de producción española y han supuesto la creación de mil empleos.
«Ademas—añade Cejalvo— en la C. Valenciana hay 350 empresas instaladoras, consultoras e ingenierías especializadas en energía solar fotovoltaica que emplean alrededor de 3.500 personas, lo que suma 4.500 empleos en el sector».
Un rayo de esperanza
Enrique Selva, vicepresidente de Energías Renovables de la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen), lamenta el impacto de la «improvisación» con la que el gobierno saliente ha abordado la política energética. Matiza, sin embargo, que «una vez asumido» el impacto del real decreto 14/2010 mediante un proceso de adaptación de las empresas a la reducción del mercado, la energía solar fotovoltaica sigue siendo viable y una apuesta «segura» de futuro para la Comunitat Valenciana. Confía en los efectos de la nueva normativa sobre autoconsumo, pendiente de publicarse en el BOE, y recuerda que las condiciones de irradiación solar y temperatura son ideales. «Tenemos empresas, investigación y precios cada vez más competitivos», concluye.