16 Jun El Gobierno obvia cinco años de negociación del Consell con Ford
A. CAPARRÓS El Gobierno aprovechó el impacto que ha supuesto el anuncio de los planes industriales de Ford para arrogarse el mérito de la inversión de 812 millones de euros previstos por la firma del óvalo para la factoría valenciana de Almussafes. El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, empleó este argumento para contrarrestar las críticas por la situación económica vertidas por el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, en la sesión de control parlamentaria. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, fue un paso más cuando sostuvo que el mérito de la apuesta de Ford por España «es de todo» pero, matizó que el presidente europeo de la compañía, Stephen Odell, agradeció expresamente a su departamento el apoyo para la asignación de los modelo Kuga y Transit Connect a la fábrica valenciana, que aseguran el empleo para las próximas décadas. Más allá de los discursos políticamente correctos que suelen marcar ceremonias como la celebrada el martes en Valencia, lo cierto es que el máximo dirigente de la multinacional en Europa también expresó su reconocimiento a la tarea desarrollada por la Generalitat para mantener la viabilidad de la planta.
Visita a Detroit
De hecho, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, se ha involucrado en primera persona para propiciar un clima de entendimiento con Ford que permitiera retener en tierras valencianas a una industria que representa el tres por ciento del PIB regional, el quince por ciento de las exportaciones y cerca de 30.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Así, Camps se convirtió en el primer presidente autonómico en visitar la central de Ford en Detroit. En aquellos momentos existían dudas respecto al futuro de la planta, toda vez que se podían perder modelos como el Mazda2 o el Ka. Camps mantuvo un encuentro en Estados Unidos con el presidente para Operaciones Internacionales de Ford, Mark Schulz. Meses después, la compañía anunciaba nuevos productos para Almussafes. La relación del jefe del Consell con los máximos directivos de Ford ha sido una constante. En agosto de 2007, tras una reunión en el Palau de la Generalitat con John Flemming, máximo ejecutivo de la firma para el viejo continente, se anunciaba una inversión de 425 millones de euros. La compañía había sopesado durante dos años la posibilidad de cerrar sus instalaciones. Aunque la producción nabía comenzado a caer tras el record de 2004, se aseguraba el futuro. Ya en marzo de este año, Camps volvía a situar otra pica en el futuro de la fábrica con un encuentro con el presidente mundial de Ford, Alan Mullaly, donde se pusieron las bases para el gran acuerdo de 812 millones de euros anunciado el martes en Valencia.