09 Dic Los estibadores bloquean el convenio al exigir el control de la carga de vehículos
josé luis zaragozá | valencia La negociación del convenio colectivo de los estibadores del puerto de Valencia „cuya plantilla de 1.400 trabajadores fijos pertenece a la mercantil Sevasa-Sagep„ ha dado un giro copernicano esta semana y corre el riesgo de acabar en estrepitoso fracaso al volverse a bloquear por enésima vez tras las pretensiones de los sindicatos de acaparar la exclusividad en tareas de carga y descarga de vehículos. El comité de Sevasa-Sagep, en manos del sindicato Coordinadora, exige ahora incluir en el futuro pacto laboral que «tareas complementarias» como la recepción y entrega de mercancías rodadas en terminales portuarias del recinto del Grao sean prestadas sólo por los estibadores de dicha sociedad.
La patronal del sector Anesco, controlada por grandes operadores portuarios, rechazan de plano la propuesta sindical. Los empresarios sostienen que Ley de Puertos (2011) les ampara ante la posibilidad de ceder a otras empresas diferentes a Sevasa-Sagep, en régimen de libre concurrencia y siempre a precios competitivos, la realización de embarque y desembarque de vehículos, así como la recepción y entrega de mercancías dentro de la terminal.
El convenio que debe renovar el de 1995 entra en nuevo punto muerto de difícil salida. Además, el pretendido pacto laboral de los estibadores del puerto de Valencia se enfrenta a diferentes factores externos que frenan el posible pacto entre los representantes de los empresarios y de los trabajadores. El Tribunal de Justicia de la UE dictará el próximo 11 de diciembre una sentencia tras la demanda que presentó el Ejecutivo de Bruselas por el monopolio en el servicio de estiba en los puertos españoles, que contrasta con la liberalización en Europa. La UE podría reclamar a España que cambie de modelo. Este cambio legal alteraría reglas laborales y de contratación del puerto de Valencia y, por tanto, de su convenio. También frena el posible acuerdo las elecciones sindicales a la vista, dado el temor de sus dirigentes a perder votos si proponen un acuerdo que reduce costes y no luego no acepte la plantilla.
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